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Cuando vivimos una situación que se escapa de nuestro control es posible que nuestra salud mental se vea afectada. El estrés y los cuadros ansiosos y depresivos pueden aparecer como consecuencia de la pandemia y del confinamiento, especialmente en personas con antecedentes o colectivos de riesgo.

¿Cómo diferenciarlos? A continuación, el Dr. Miquel Roca, Catedrático de Psiquiatría en el Departamento de Medicina de la Universitat de les Illes Balears (UIB) nos explica los principales síntomas y cómo abordarlos.

  • Estrés: a diferencia de la ansiedad y de la depresión, no se trata de una enfermedad si no de una reacción del organismo que aparece cuando sentimos que una situación determinada nos sobrepasa y creemos que no podemos afrontarla. Incluye alteraciones en los patrones de sueño y alimentación, problemas gastrointestinales, dolores de cabeza, rigidez muscular y falta de concentración.
  • Ansiedad: es un estado persistente que se caracteriza por la fatigabilidad, dolores musculares, palpitaciones, miedo a morir, inseguridad, irritabilidad, dificultades para la atención o insomnio. En ocasiones, se manifiesta en forma de crisis que suelen durar entre 10 y 15 minutos.
  • Depresión: es una vivencia subjetiva de malestar que se manifiesta, ente otros, por síntomas afectivos, conductuales, vegetativos, cognitivos, físicos o somáticos e incluso impulsivos: pérdida de placer por cosas habitualmente placenteras, apatía, alteraciones en el apetito, enlentecimiento psicomotor, desesperanza, tendencia al aislamiento o, en los casos más graves, pensamientos suicidas.

El Dr.Roca subraya que “un trastorno depresivo no es lo mismo que un estado pasajero de tristeza y, a menudo, va de la mano con la ansiedad.”

Ante las circunstancias excepcionales que vivimos, no todas las personas tienen las mismas reacciones emocionales ni las mismas conductas, ya que dependerá de sus rasgos de personalidad, la edad, la situación personal en la que se encuentren o su estado de salud.

En el caso de personas vulnerables o con antecedentes personales o familiares, es posible que se produzcan repuntes, recaídas o recurrencias en los síntomas. También pueden aparecer los trastornos adaptativos, que aparecen ante un periodo de cambio o un acontecimiento vital estresante y que se manifiestan con malestar subjetivo y alteraciones emocionales que interfieren en la actividad diaria”, explica el Doctor.

Sobre todo, si se prolongan las medidas restrictivas y los efectos de la pandemia, “el cuidado de los aspectos psicológicos resulta importantísimo para mantener la distancia social y cumplir las normas sanitarias dictadas, además de hacer frente a las consecuencias económicas que se derivarán de la crisis sanitaria”, asegura el doctor.

Mantener el contacto con la gente (sea a través de videollamada o por teléfono), llevar hábitos de vida saludables, evitar la sobreinformación, realizar actividad física, mantener horarios y rutinas estables, y buscar tiempo para el ocio son algunas de las medidas que podemos adoptar para mantener en forma nuestra salud mental.

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