¿Cómo puede ayudarte el deporte si tienes depresión?
El ejercicio físico puede ayudarte a prevenir la depresión e, incluso, a recuperarte de ella si ya la padeces, complementado al tratamiento psicológico y farmacológico. Practicar deporte con regularidad es, sin lugar a dudas, un potente aliado para la salud, tanto física como mental. Descubre en este artículo, elaborado con la colaboración del Dr. José Manuel Montes, Jefe de Sección de Psiquiatría en el Hospital Universitario Ramón y Cajal, los beneficios que el deporte te puede aportar si tienes depresión.
“El papel de la actividad física es muy relevante tanto en la prevención como en el tratamiento de la depresión, ya que su práctica regular va a producir una serie de modificaciones a nivel de la neuroquímica cerebral, que se van a traducir en una mejora de la sintomatología depresiva. Para prevenir y mantener una salud mental plena es muy recomendable realizar ejercicio físico regular, si puede ser, de intensidad moderada”, explica el Dr. Montes.
Principales beneficios de la práctica deportiva en depresión
- Estimula la liberación de endorfinas, que te hacen sentir bien, y otras sustancias químicas cerebrales naturales que pueden mejorar tu sensación de bienestar.
- Te permite disfrutar de una actividad placentera que, en sí misma, resulta reconfortante.
- Te ayuda a eliminar las preocupaciones para alejarte de los pensamientos negativos.
- Hace que ganes confianza. Alcanzar las metas o desafíos del ejercicio, incluso los más pequeños, puede promover la confianza en ti mismo. Ponerte en forma también puede hacer que te sientas mejor físicamente.
- Favorece las relaciones sociales. El ejercicio físico puede darte la oportunidad de conocer a otras personas y socializar con ellas. También puedes practicar deporte en compañía y realizar deportes de equipo.
- Contribuye a regular los ritmos circadianos, ya que el ejercicio físico va a favorecer la normalización de los ritmos cronobiológicos que están alterados en la depresión. Por eso, es habitual que se duerma peor y se tenga menos energía, porque se aplana la diferenciación entre la vigilia y el sueño. Al introducir una actividad física durante el día, el sueño va a mejorar, lo que va a repercutir también en la mejoría de los ritmos circadianos.
“Aparte del efecto modificador de la neuroquímica cerebral, el deporte ofrece otros componentes añadidos, por ejemplo, el de realizar una actividad placentera, como puede ser practicar deporte de equipo, con amigos, montar en bicicleta por un paisaje maravilloso, etc.”, matiza el Dr. Montes.
¿Por dónde empiezo?
A pesar de los beneficios mencionados, puede costarte iniciar una actividad física y, especialmente, mantenerla en el tiempo.
Para el Dr. Montes, “si se tiene una rutina habitual, lo ideal sería mantenerla o reanudarla cuanto antes. Si, por el contrario, no se realiza ejercicio físico o se lleva mucho tiempo sin practicarlo, la clave está en elegir una actividad placentera e iniciarla de forma suave, poco a poco. Si no se está acostumbrado, se puede comenzar por caminar unos 30 minutos al día, de forma continuada, para convertirlo en un hábito. Las rutinas hay que mantenerlas, y eso requiere de motivación y conlleva una repetición diaria”.
La motivación, por tanto, es una pieza fundamental, para instaurar una práctica deportiva periódica. Estos consejos quizá puedan ayudarte:
- Busca una actividad física que te guste y resulte placentera. Piensa cuáles son las actividades físicas que con mayor probabilidad harías y cuándo y cómo sería más probable que las hicieras.
- Cuenta con el apoyo de tu médico.Habla con el profesional que te atiende para que te oriente y resuelva posibles dudas que te puedan surgir.
- Fija metas razonables. Piensa en términos realistas sobre qué es lo que puedes hacer y comienza de manera gradual. Adapta tu plan a tus necesidades y destrezas.
- No pienses en la actividad física como una obligación. Considera tu programa deportivo igual que tus sesiones de terapia o tratamiento, como una de las herramientas que te ayudarán a sentirte mejor.
- Analiza tus barreras.Descubre qué es lo que te impide ser físicamente activo. Por ejemplo, si cumples mejor tus objetivos acompañado, busca a algún amigo o familiar con quien puedas compartir esta actividad deportiva.
- Prepárate para afrontar posibles obstáculos.Si un día no realizas ejercicio físico por el motivo que sea, eso no significa que no puedas mantener esa rutina. Solo tienes que volver a intentarlo al día siguiente. Mantente firme hasta el final.
En cuanto al tiempo, este profesional sanitario recuerda que “se recomienda en torno a los 150 minutos de ejercicio moderado a la semana. Eso nos va a ayudar a mantener una salud mental apropiada”.
Según la evidencia disponible, el ejercicio aeróbico (correr, nadar, montar en bicicleta, etc.) ofrece mayores beneficios que aquel basado en la fuerza. Sin embargo, toda actividad física que te haga levantar del sillón y moverte puede mejorar tu estado de ánimo.
Y recuerda. Aunque la actividad física puede aliviar los síntomas de la depresión, ten en cuenta que no reemplaza al tratamiento, sino que lo complementa. Ante cualquier duda, consulta con tu médico. #DeLaDepresiónSeSale.
Referencias
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