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Si padeces depresión, quizá te resulte difícil o casi imposible experimentar y expresar tus sentimientos y emociones, ya sean positivos o negativos, como la alegría, tristeza, miedo o ira ante determinadas situaciones. Si es así, no estás solo. Es un síntoma frecuente entre quienes sufren depresión. Ese estado de indiferencia se llama embotamiento emocional, también conocido como aplanamiento afectivo.

Estar emocionalmente anestesiado

Las personas que lo experimentan sienten indiferencia ante muchos aspectos de sus vidas que deberían importarles, como la familia, los amigos o el trabajo. También presentan desapego, baja motivación, reducida receptividad y apatía. Afirman sentirse insensibles, emocionalmente anestesiadas, menos capaces de reír o llorar, incapaces de disfrutar con lo que solían hacerlo y menos empáticos e indiferentes hacia los demás. Pierden la capacidad de reaccionar emocionalmente a lo que sucede a su alrededor. También se quejan de haber perdido la inspiración o la pasión por las actividades creativas y de sentir una menor responsabilidad social o preocupación por otras personas.

Esa indiferencia emocional se puede manifestar, por ejemplo, al no demostrar reacción alguna ante un suceso trágico como un accidente de tráfico o la pérdida de un ser querido. También puede existir dificultad para manifestar empatía frente al sufrimiento de personas cercanas.

Dificulta la completa recuperación de la depresión

El embotamiento emocional deteriora la calidad de vida y el funcionamiento en la vida social, laboral y familiar y, por tanto, dificulta o impide la completa recuperación de la depresión. Además, puede conducir al abandono del tratamiento y a mayor riesgo de recaída, así como a afectar a la personalidad, la toma de decisiones y las relaciones.

El embotamiento emocional se hace más evidente una vez que los síntomas centrales de la depresión han remitido y se reanuda la actividad cotidiana normal que se había reducido o suspendido durante la fase aguda de la enfermedad.

Para recuperarse completamente de la depresión es necesario prestar atención y abordar también esta sintomatología que afecta a la funcionalidad y a la posibilidad de disfrutar de una vida plena.

Estudios recientes demuestran que el embotamiento emocional afecta a la vida cotidiana y provoca distanciamiento de la familia, problemas económicos, afecta a la crianza de los hijos y reduce la sociabilidad, además de afectar negativamente a las relaciones familiares y laborales.

Si vives con depresión y embotamiento emocional, te recomendamos que consultes esta situación con tu médico. Compartirlo con él te ayudará y os permitirá buscar estrategias para su resolución. No lo olvides, tienes derecho a una vida plena.

Referencias

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