¿Tienes depresión? No es culpa tuya
La depresión es una enfermedad del cerebro. Sí, una ENFERMEDAD, has leído bien. Su desarrollo se debe a muchos factores, pero, sin duda, ni tú ni nadie elige padecerla. La información rigurosa y la búsqueda de ayuda profesional te ayudarán a comprenderla mejor y a iniciar tu camino hacia la recuperación. En este artículo, en colaboración con el doctor José Manuel Montes, Jefe de Sección de Psiquiatría del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, encontrarás algunas claves para entender que si tienes depresión no es culpa tuya.
“Esfuérzate”, “pon de tu parte”, “tienes que intentarlo”… Quizá son frases que te resulten familiares y hayas oído mil veces si tienes depresión. ¡Cómo si de ti dependiera! Muchas veces tus seres queridos y amigos más cercanos, con la mejor de las intenciones, intentan ayudarte, pero no son conscientes de que la depresión es una enfermedad y no una simple cuestión de fuerza de voluntad o debilidad de carácter por tu parte.
Como explica el Dr. Montes, “la pérdida de voluntad es uno de los síntomas de la depresión. La clave está en entender la depresión como una alteración que ocurre en ciertas zonas del cerebro que afectan a la regulación de las emociones. Esa alteración predispone a tener más vulnerabilidad a determinados factores estresantes externos, de personalidad, etc., y la depresión se manifiesta con síntomas como la apatía, falta de motivación e interés, desesperanza… Pedir a alguien con depresión que ponga de su parte sería como pedir a alguien con parálisis en una pierna que la mueva”.
Todo esto, además, puede hacerte sentir culpable de tu situación y no dejarte valorar las cosas con objetividad. Debes ser consciente de que la depresión te hace más propenso a caer en ese círculo de culpabilidad, el primer paso para salir de él, con el apoyo de tu entorno y la ayuda profesional necesaria.
Puedes ser una parte activa en tu recuperación
Si bien no eres el responsable de padecer depresión sí puedes desempeñar un papel importante en tu recuperación. ¿Cómo?
1. Buscando o aceptando la ayuda de un profesional médico para que puedas acceder al tratamiento más adecuado en tu caso.
2. Comprometiéndote con el cumplimiento del tratamiento pautado y manteniendo una relación fluida con tu médico para que todas tus dudas o preocupaciones encuentren respuesta.
3. Aprendiendo a identificar los factores estresantes y a evitarlos, en la medida de lo posible, o a manejarlos.
4. Para ello, es recomendable el seguimiento de unos buenos hábitos de vida que incluyan:
- Práctica de ejercicio físico regular
- Una buena alimentación
- Rutina de sueño
- Ejercicios de relajación y/o meditación al final del día
5. Aumentando la resiliencia que te permitirá adaptarte adecuadamente a situaciones estresantes. “Esa resiliencia en parte se hereda, pero otra se puede entrenar, desarrollando estrategias encaminadas a disminuir ese estrés”.
6. Modulando ciertos rasgos de personalidad como la exigencia excesiva, el perfeccionismo, la rigidez, la rumiación constante sobre determinados temas. “Estos factores de personalidad, sin son muy acentuados, pueden favorecer la depresión. Si uno es consciente de ellos puede aprender a manejarlos”, explica el Dr. Montes.
Tu familia puede ser muy importante en este proceso de recuperación. Como afirma el Dr. Montes, “es importante que conozca la enfermedad para entenderla mejor y poder estar ahí, apoyando a su familiar en la toma de la medicación, en la creación de rutinas, sin una presión excesiva, acompañando sin culpabilizar ni estigmatizar”.
Lo que más necesitas puede ser apoyo y comprensión de tu círculo más cercano en unos momentos en los que tú, muchas veces, ni siquiera entiendes lo que te pasa. La depresión es apatía, tristeza, falta de energía, desesperanza, dificultades de concentración, atención y memoria, dolor, fatiga…, pero también #DeLaDepresiónSeSale. Si quieres saber más sobre ella, descubre la Guía interactiva “En 30 preguntas”, elaborada por expertos en salud mental.
Referencias
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#RethinkDepression #VivirConDepresión