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¿Tener depresión supone renunciar al sexo? Cómo afecta la depresión a tu vida sexual

Si sufres depresión no tendrás ganas de nada en general, ya que la tristeza, la apatía y el desinterés por cualquier actividad gratificante habrán desaparecido, fruto de la propia enfermedad. De modo que es probable que tu vida sexual también se vea afectada.

Como explica el psiquiatra Ángel Luis Montejo, presidente de la Asociación Española de Sexualidad y Salud Mental, “los síntomas más frecuentes de la depresión son la tristeza y la incapacidad de disfrutar, y esta incapacidad de disfrutar del placer afecta a la función sexual porque desaparece, casi siempre, el deseo. Sin embargo, no es tan frecuente que existan problemas de erección, excitación, lubricación o de orgasmo, que sí pueden estar relacionados con algunos tratamientos antidepresivos”.

 

 

¿Puede afectar el tratamiento antidepresivo a la vida sexual?

Si padeces depresión, lo primero de todo es buscar ayuda profesional para su tratamiento. “Habitualmente, el mejor tratamiento es una mezcla de psicofármacos y psicoterapia”, explica el Dr. Montejo.

Si te estás preguntando hasta qué punto los antidepresivos pueden afectar a la función sexual, tenemos la respuesta: todo depende del tipo de fármaco prescrito, ya que existen grandes diferencias entre ellos, según han puesto de relieve diversos estudios.

“Todos los fármacos que incrementan la serotonina, como los ISRS o ISRN, estos últimos también llamados fármacos duales porque al mismo tiempo que aumentan la serotonina también lo hacen con la noradrenalina, pueden afectar a la función sexual. También los antiguos antidepresivos tricíclicos producen disfunción sexual por otros mecanismos no solo serotoninérgicos”, explica el Dr. Montejo.

Así, matiza este especialista, “algunos antidepresivos producen mucha disfunción sexual mientras que otros apenas la causan. Por ejemplo, los denominados inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) frenan el impulso sexual. A los pocos días o semanas producen ya un retraso en el orgasmo, que puede ser leve, moderado o tan intenso que puede conducir a la anorgasmia, es decir, a la ausencia de orgasmo, pero la gran mayoría nota ese retraso eyaculatorio o del orgasmo”.

Sin embargo, existen otros tratamientos que no producen disfunción sexual, entre ellos, “los que incrementan la dopamina y/o la noradrenalina, los que actúan sobre los receptores de melatonina y otros medicamentos con nuevos mecanismos de acción como los que modulan los receptores postsinápticos”, explica este especialista.

 

La importancia de preservar la vida sexual de las personas con depresión

Hablar de la vida sexual en la consulta del médico sigue siendo un tema tabú y que no está del todo normalizado, a pesar de que se aborda con mayor naturalidad que hace años. El también profesor titular de Psiquiatría en la Universidad de Salamanca considera que el psiquiatra o médico de familia siempre debería preguntar a la persona con depresión si mantiene una vida sexual activa, si es satisfactoria y si es un tema que le importa.

“Si no se le pregunta directamente, solo el 30% lo dirá espontáneamente. Si no se habla de ello, el abandono del tratamiento antidepresivo antes de los seis meses es enorme, llegando al 75%, es decir, tres de cada cuatro no cumplirían el tratamiento por sus efectos sobre la vida sexual. Este abandono conlleva más riesgo de recaída, bajas laborales, costes sanitarios, peor calidad de vida…”, afirma el Dr. Montejo.

Y es que la disfunción sexual es uno de los principales efectos adversos que provocan el abandono del tratamiento, por lo que resulta vital la buena comunicación entre el profesional sanitario y el paciente para buscar soluciones al respecto.

En este sentido, herramientas como el cuestionario SALSEX pueden ayudar a detectar si el tratamiento antidepresivo está afectando a la vida sexual activa, qué repercusiones tiene sobre la vida diaria y si se ha llegado a valorar el abandono del tratamiento.

“Aparte de los antidepresivos, hasta 300 medicamentos pueden alterar la vida sexual, ya que la función sexual está muy relacionada con pequeños cambios de receptores y funciones del organismo”, matiza el Dr. Montejo. Por eso es tan importante que el profesional sanitario, sea de la especialidad que sea, conozca si la vida sexual del paciente sigue siendo satisfactoria, para valorar el uso de otros tratamientos que respeten la vida sexual y favorezcan, de ese modo, la continuidad de su toma.

Una vez que el tratamiento adecuado está instaurado y los síntomas emocionales de la depresión van mejorando, es momento de centrarse en la completa recuperación de la funcionalidad, lo que incluye también una vida sexual plena.

 

El papel de tu pareja

La reducción o desaparición de las relaciones sexuales conlleva una disminución de los afectos, provocando una pérdida de los vínculos emocionales tan importantes para las parejas. Si eres el/la compañero/a de una persona con depresión, la paciencia es clave, así como no desesperar ante esta situación pasajera.

La depresión es una enfermedad y requiere de tu comprensión, empatía y apoyo. La incapacidad de disfrutar del placer es uno de los síntomas centrales, y como tal hay que aceptarlo. Ten confianza en que vuestra vida sexual volverá a ser como antes. #DeLaDepresiónSeSale.

 

 

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